Esta receta siempre se le ha dado bien a mi pareja, es uno de sus básicos favoritos, así que le hago un hueco aquí.
Compramos
en la charcutería 4 lonchas grandes de jamón cocido de 5 mm de grosor cada una,
y 4 lonchas de 5mm de grosor de queso semicurado o el que más
os guste, (nosotros usamos queso semicurado de oveja).
Para montar
los San Jacobos cortamos las 4 lonchas de jamón cocido a la mitad, quedando 8
mitades. Después cortamos 4 lonchas de queso y las ponemos encima de 4 mitades de
jamón, procurando que el queso no llegue al borde (así evitamos que se salga el queso cuando cocinemos los San Jacobos, y salpiquen menos). A
continuación tapamos el queso con las otras 4 mitades de jamón cocido, completando de esta manera cada
porción.
Ahora toca
pasarlos por harina, embadurnándolos bien, después por huevo batido (en nuestra
receta usamos 3 huevos grandes), luego por pan rallado, otra vez por huevo, y
finalmente por pan rallado de nuevo. Con esto conseguiremos que los San Jacobos
queden muy crujientes.
En el último paso, añadimos aceite en una sartén y la ponemos a
calentar a fuego medio alto (entre el 1 y el 10, al 6).
Freímos
cada San Jacobo unos 30 segundos por cada lado, para que se doren. El huevo y el pan rallado deben freírse, pero no quemarse. Y repetimos la operación por la otra cara de cada San Jacobo.
Repartimos 1 San Jacobo para cada comensal como segundo plato, y a disfrutar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario