viernes, 28 de febrero de 2020

Chuletón con espárragos trigueros y ajos (1 ración)

Me crie en una familia en la cual no sabían cocinar bien la carne (excepto las albóndigas de mi abuela). Y os aseguro que no despierta el apetito comer filetes quemados y resecos como una momia del Cairo. Con los años tuve amistad con un madrileño al cual le apasionaba la buena carne bien cocinada. Él me enseño estos trucos: lo primero de todo acudid a una carnicería de toda la vida, yo en mi caso si el chuletón es mediano pido al carnicero que lo parta por la mitad (de esta forma como menos cantidad de carne y hago mejor la digestión). Una vez llegado el momento de cocinar uso una plancha calentada a fuego alto. Podéis añadir un poco de aceite de oliva o girasol, o una lámina de menos de 1 centímetro de mantequilla. Echamos la carne, bajamos un punto el fuego (del 1 al 10, nos quedamos con el 7) y añadimos una pizca de escamas de sal y otra pizca de tomillo. Echamos en la plancha  también 2 espárragos trigueros partidos por la mitad y 6 ajos limpios (que dejáis dorar mientras se hace la carne y reserváis en el plato). Para cocinar la carne en su punto hay que dejarla de ese mismo lado hasta que comience a sangrar. En cuanto esto ocurra, dad la vuelta al chuletón, pincharlo por la cara que ya está hecha con un tenedor y esperad a que sangre de nuevo. Retiramos del fuego...¡Y a comer! Porque no hay nada como un chuletón recién cocinado con las ternillas y las grasas blanditas. Es como mejor se come. 

viernes, 21 de febrero de 2020

La casa del reloj en la pared (2018)

Hace medio año casi, vimos esta película... Me encantó, tiene algo que otras películas ya no tienen, una magia, un toque. Y te quedas con ganas de más por supuesto. Si os gustan las películas de fantasía os la recomiendo, porque aunque no sea "Harry Potter" o "El señor de los anillos", es genial. 

viernes, 14 de febrero de 2020

Cuando los demonios nos persiguen

Da igual en qué tipo de familia crezcamos, más negativa o positiva, si llegado el momento comenzamos a pasarnos el día pensando siempre en experiencias que nos hacen sentir mal tenemos un problema serio. Supongo que desde un punto de vista más social se podría decir que uno es depresivo, obsesivo, o que está majareta. Le buscamos un significado tan falsamente científico a las cosas que terminamos estigmatizando todo. En muchas ocasiones los problemas tienen cura o solución, una adecuada por su puesto, pero la tienen. Y suele ser necesario la ayuda de alguien externo que no se pase el día odiándonos por no parecer perfectos. Nadie lo es, nadie. Pero hay personas que a pesar de lo que aparentan son muy débiles. Y su forma de ocultar esto no consiste solo en llevar puesta una máscara, sino en pasarse el día lanzando balones fuera. Ósea se, haciendo que otros se fijen de manera constante en los supuestos defectos de aquellos a los que envidian y odian, debido a los sentimientos de inferioridad que ellos mismos esconden en su interior. Estos ataques tarde o temprano provocarán traumas y malas experiencias en las personas que los reciben o incluso en otras del entorno. Y muy probablemente llegará el día en que nos venga a la mente de forma casi constante todas esas experiencias nefastas, incluso llegando a pasar muchas horas hablando de ello… El infierno en nuestra propia mente. 
Lo primero que aconsejo, escribir sobre ello y guardadlo en un diario por si acaso. Segundo consejo, estar así ni es normal ni es bueno por lo que cada vez que vengan a vuestra mente cosas negativas imaginad que lleváis la escena lejos de vosotros y que os quedáis en un lugar tranquilo y lleno de paz, (entre nubes de colores suaves, por ejemplo, o un jardín de en sueño). No importa las veces que tengáis que hacerlo, sed constantes. Si os viene una voz a la mente que os recuerda constantemente cosas malas (-Porque te han hecho esto, y te han dicho lo otro…-), decidle mentalmente que eso no os interesa. Tercero, donde no se os respete ni valore, no estéis. En cuanto podáis marcharos, aunque os cueste años conseguirlo. 
Estos demonios que nos persiguen por doquier (y me refiero a los del bajo astral) no tienen ningún derecho a alimentarse de esa manera. Son una serie de actos a los que si les das riendas suelta terminan acabando contigo en muchos aspectos. ¿Y todo por qué? ¿Por qué gente débil cayó en la tentación de comportarse de forma muy poco humana? ¿Por qué los demonios nos acechan por todas partes a todos? El infierno está ahí abajo no aquí en el medio. No tienen derecho a estar aquí con una presencia tan notable. Y nosotros tenemos la obligación de aprender a mantenerlos a raya. Y no hay nada como empezar a cambiar el mundo desde nuestro propio interior. Podemos dejar de prestar atención a tantas malas energías, y comenzar a fijarnos más en cosas cotidianas y banales, para después centrarnos más en cosas bellas y positivas. Cuando nos pasamos la vida machacándonos a nosotros mismos o a otras personas con cosas negativas les damos un poder sobre nosotros que no les corresponde (y esto va tanto por el maltratador como por el maltratado). 
Y si alguien os regaña o riñe porque cree que hacéis algo mal, reflexionad sobre la situación e intentad madurar si os veis capaces, incluso buscad terapia psicológica. Pero no permitáis que esa persona os machaque eternamente por ello (alejaros, decidle que pare su comportamiento, y si es necesario denunciadlo). 

viernes, 7 de febrero de 2020

Web sobre Fisioterapia

Hace semanas me surgió una complicación muscular (Neuralgia de Arnold), decidí buscar por Internet información para ver que encontraba y  tuve la suerte de dar con esta web: https://www.fisioterapia-online.com
Me encantó porque explican incluso ejercicios de rehabilitación muy básicos, o qué originan las lesiones, como paliarlas... Es bueno tener el enlace guardado en algún sitio para cuando vuelva ha hacer falta. 

domingo, 2 de febrero de 2020

Puré de champiñones con verduras (4 raciones)

Hace años leí una receta, que en teoría es de Karlos Arguiñano, sobre cómo preparar puré de champiñones. Pero después de haberla cocinado alguna que otra vez he decidido hacer unos cambios. 
Primero añadimos en una cazuela un poco grande: un plato semi hondo lleno de agua 8 veces, 2 cucharadas rasas de sal gruesa, 4 cucharadas de perejil, 4 ajos grandes pelados, y 1 puerro mediano (pelado, lavado y troceado). Dejamos romper a hervir a fuego medio-alto durante 5 minutos, para después echar 600 gramos de champiñones lavados. Esperamos a que rompa a hervir de nuevo y cocemos a fuego medio durante 20 minutos (cuando el puerro esté blando y los champiñones más pequeños). 
Y por último trituramos todo con la batidora y servimos en los platos con un poco de zumo de limón recién exprimido. El limón combina muy bien con el champiñón. 

Fotógrafa Cristina García Rodero

Me frustra no poder encontrar autores y autoras de fotografía que me interesen, siempre se hablan de los mismos. Hoy he encontrado esta auto...