Da igual en
qué tipo de familia crezcamos, más negativa o positiva, si llegado el momento
comenzamos a pasarnos el día pensando siempre en experiencias que nos hacen
sentir mal tenemos un problema serio. Supongo que desde un punto de vista más
social se podría decir que uno es depresivo, obsesivo, o que está majareta. Le
buscamos un significado tan falsamente científico a las cosas que terminamos
estigmatizando todo. En muchas ocasiones los problemas tienen cura o solución,
una adecuada por su puesto, pero la tienen. Y suele ser necesario la ayuda de
alguien externo que no se pase el día odiándonos por no parecer perfectos.
Nadie lo es, nadie. Pero hay personas que a pesar de lo que aparentan son muy débiles.
Y su forma de ocultar esto no consiste solo en llevar puesta una máscara, sino
en pasarse el día lanzando balones fuera. Ósea se, haciendo que otros se fijen de
manera constante en los supuestos defectos de aquellos a los que envidian y
odian, debido a los sentimientos de inferioridad que ellos mismos esconden en
su interior. Estos ataques tarde o temprano provocarán traumas y malas
experiencias en las personas que los reciben o incluso en otras del entorno. Y
muy probablemente llegará el día en que nos venga a la mente de forma casi
constante todas esas experiencias nefastas, incluso llegando a pasar muchas
horas hablando de ello… El infierno en nuestra propia mente.
Lo primero
que aconsejo, escribir sobre ello y guardadlo en un diario por si acaso.
Segundo consejo, estar así ni es normal ni es bueno por lo que cada vez que
vengan a vuestra mente cosas negativas imaginad que lleváis la escena lejos de
vosotros y que os quedáis en un lugar tranquilo y lleno de paz, (entre nubes de
colores suaves, por ejemplo, o un jardín de en sueño). No importa las veces que
tengáis que hacerlo, sed constantes. Si os viene una voz a la mente que os
recuerda constantemente cosas malas (-Porque te han hecho esto, y te han dicho
lo otro…-), decidle mentalmente que eso no os interesa. Tercero, donde no se os
respete ni valore, no estéis. En cuanto podáis marcharos, aunque os cueste años
conseguirlo.
Estos
demonios que nos persiguen por doquier (y me refiero a los del bajo astral) no
tienen ningún derecho a alimentarse de esa manera. Son una serie de actos a los
que si les das riendas suelta terminan acabando contigo en muchos aspectos. ¿Y
todo por qué? ¿Por qué gente débil cayó en la tentación de comportarse de forma
muy poco humana? ¿Por qué los demonios nos acechan por todas partes a todos? El
infierno está ahí abajo no aquí en el medio. No tienen derecho a estar aquí con
una presencia tan notable. Y nosotros tenemos la obligación de aprender a
mantenerlos a raya. Y no hay nada como empezar a cambiar el mundo desde nuestro
propio interior. Podemos dejar de prestar atención a tantas malas energías, y
comenzar a fijarnos más en cosas cotidianas y banales, para después centrarnos
más en cosas bellas y positivas. Cuando nos pasamos la vida machacándonos a
nosotros mismos o a otras personas con cosas negativas les damos un poder sobre
nosotros que no les corresponde (y esto va tanto por el maltratador como por el
maltratado).
Y si
alguien os regaña o riñe porque cree que hacéis algo mal, reflexionad sobre la
situación e intentad madurar si os veis capaces, incluso buscad terapia
psicológica. Pero no permitáis que esa persona os machaque eternamente por ello
(alejaros, decidle que pare su comportamiento, y si es necesario denunciadlo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario