Hace meses, mientras recordaba lo mal que lo pasé el verano del año pasado, me di cuenta de algo. Cuando enfermamos debemos averiguar qué es lo que nos sucede, y como sanar en la medida de lo posible. Es un proceso en el cual sufrimos la enfermedad, luchamos contra ello, pasamos esa especie de duelo. Y si sobrevivimos, cuando miramos atrás, tenemos mucho que contar, y puede incluso que hayamos aprendido a entender la enfermedad y a los que la sufren.
También me percaté de que vivimos obsesionados con no padecer, con arreglarlo todo pagando una pastilla sin esforzarnos por cuidarnos o mejorar nuestros hábitos.
Es algo terrible porque en esta vida sufrimos de muchas formas, de algunos problemas no podemos escapar nunca, y de otros solo si tenemos la fortaleza y la ayuda necesaria... Y eso no siempre sucede.
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