sábado, 30 de marzo de 2024

Los estereotipos de los juguetes


Hace poco vi la película de "Barbie", me resultó un poco ñoña y curiosa al mismo tiempo. Siempre se han creado juguetes siguiendo estereotipos, sobre todo desde que comenzó el bom de la era industrial de este sector. Los juguetes de las niñas se orientan a tareas del hogar, bebés, ropa y maquillaje... Mientras los de los niños se dirigen a temas como la acción, armas, lucha, construcción, agricultura. Recuerdo cuando era niña y comenzaron a retransmitir anuncios de "Quimicefa" o "Arqueologic nova" porque había niños y niñas en ellos jugando. No eran exclusivos solo para niños o solo para niñas, y eso me gustaba. Es cierto que cuando nos criamos con personas del sexo opuesto, tarde o temprano compartimos juguetes (por lo general). También he conocido hombres en cuya infancia han jugado con juguetes de niñas... y no, no ayudan en las tareas de casa más que otros. 
Por otro lado, hay que permitir roles más flexibles con los juguetes, ya que hay muchas profesiones a las que dedicarse en la vida. Pero si tus padres no te enseñan eso de que en casa todos ensucian, y todos han de ayudar con las tareas del hogar... Vamos por el mal camino. Me parece estupendo que a día de hoy haya Barbies con diferentes oficios y aficiones, pero no es lo único en lo que hay que trabajar. ¿Para cuando una película así sobre GI Joe? Y esto es lo más curioso, criticamos mucho los estereotipos de la mujer, pero ¿y los del hombre?
Me alegro de haber podido estudiar historia, ciencia y arqueología moderna, ya que me ha permitido darme cuenta de que la mujer en muchas culturas y momentos de la historia ha hecho mucho más que alumbrar hijos, fregar y cuidar de la familia. Y me alegro también de haber conocido la vida de mis abuelas, bisabuelas y tatarabuelas. Que una mujer se dedique al hogar no significa que sea inculta o inútil, los diferentes roles familiares nos hacen fuertes y nos complementan cuando se reparten de forma juiciosa y equitativa. Es sano a muchos niveles desarrollar una sociedad menos sexista, más neutral respecto a los roles. 

sábado, 23 de marzo de 2024

Tagliatelle al nero di sepia, con salmón y nata (2 raciones)

Hace años encontramos esta receta en una web, pero a día de hoy no se puede acceder a ella. La cuestión es que nos encantó, por lo que hicimos fotos y escribimos la receta. 
Compramos 2 rodajas medianas de salmón, las aclaramos con agua, y las congelamos para usarlas el día que las necesitemos (42 horas mínimo). Las sacamos del congelador al frigorífico el día antes de hacer la receta. Al día siguiente, secamos el salmón con servilletas de papel de cocina, y las troceamos en dados y reservamos. 


Después pelamos 2 ajos gordos, y los troceamos en cachitos pequeños. Ponemos a fuego medio con poco aceite a freír los ajos troceados hasta que se doren. Sal- pimentamos los dados de salmón y los añadimos a la sartén mezclando todo bien durante 3 minutos. Espolvoreamos una cucharada de eneldo o tomillo, y vertemos 200 ml. de nata para cocinar. Le damos unas vueltas y esperamos a que empiece a burbujear, entonces retiramos del fuego. 
Ahora calentamos agua a fuego alto en una cazuela mediana, una vez rompa a hervir echamos una cucharada de sal gruesa y 6 nidos de pasta “tagliatelle al nero di sepia”. Dejamos que rompa a hervir de nuevo (con el agua cubriendo la pasta), y bajamos a fuego medio. Removemos cada 5 minutos durante 12 minutos (la pasta tiene que quedar en su punto). La escurrimos en un colador durante unos minutos y la mezclamos con la salsa de nata, ajo y salmón... Y listo para servir y disfrutar. 

domingo, 17 de marzo de 2024

Ilustradora Jill Barklem

Desde niña me encantan este tipo de ilustraciones, y hace poco encontré a esta ilustradora. Me encanta, a pesar de que a veces hacía unas composiciones un poco recargadas. Daba una armonía de formas y colores a sus dibujos maravillosa, acogedora. Es como entrar en un mundo cálido, seguro, reconfortante, prospero. Me encanta. 


sábado, 9 de marzo de 2024

¿Machismo?¿Feminismo?


A pesar de todos los siglos que se supone que el Homo Sapiens existe sigue habiendo problemas como los sexismos. Sé lo que es vivir en una sociedad supuestamente avanzada y encontrarte con conceptos como: -La mujer solo vale para tener hijos y cuidar la casa-, -Un hombre de verdad nunca llora ni siente piedad-, -La mujer es inferior al hombre así que se la paga menos por el mismo trabajo y esfuerzo -, -Si eres hombre y tienes buen gusto para la moda eres maricón-, -La mujer sino se depila es una cerda-, -Los hombres y los niños nunca deben hacer las tareas de casa-, -Las mujeres son tontas o retrasadas y no tienen derecho a tomar decisiones-... Podría hartarme a decir disparates. 
A lo largo de la historia a habido millones de familias, etnias, culturas, religiones, modas... Y por desgracia en muchas ocasiones se ha destilado ese concepto de tratar a las que alumbran como seres bellos, delicados, piadosos, sensibles... inferiores, frágiles, inútiles, infantiles, mezquinos, sucios, a los que poseer y tratar cual ganado. Y a los hombres como máquinas sin sentimientos ni inteligencia real, destinados solo a trabajar como mulas, matar en las guerras que se les antojaban a los poderosos, e incluso violar. Pero muy lejos de la realidad, siempre ha habido de todo. Hubo pueblos y religiones más respetuosos con la mujer, si. Hubo hombres respetuosos con las mujeres de su familia y de la sociedad, también. 
No se puede, tras tantos siglos de sociedad, hacer creer a las mujeres y los hombres que tienen que vivir tratándose como si fuesen mierda. Como si todos los hombres fuesen cuadrados y todas las mujeres circulares. Si queremos una sociedad avanzada de verdad necesitamos igualdad, entre hombres y mujeres. Que hombres y mujeres tengan los mismos derechos y oportunidades dentro de sus capacidades físicas y mentales. Por que sí, ni todos los hombres son fortachones ni todas las mujeres son enclenques. Ni todos los hombres son grandes genios de la astrofísica, ni todas las mujeres expertas en cocina. A lo largo de la historia ha habido más mujeres de las que imaginamos que han conseguido demostrar sus valía en múltiples campos de forma pública. Y doy gracias a todos y todas aquellos que lo hicieron posible. 
Está bien lo masculino y lo femenino, y está bien que haya perfumes, joyas o ropa unisex. Está bien que los arqueólogos en estos últimos años estén derrumbando mentiras sobre la conducta del ser humano que levantaron con groserías sexistas los arqueólogos chapuceros de la época Victoriana. Está bien que por fin alguien en la comunidad científica estudie la diferencia entre el cerebro de la mujer y del hombre, con pruebas de verdad, y descubra que nuestras cualidades a nivel intelectual y neuronal no las determine nuestro sexo hormonal, sino nuestro ADN heredado de familiares masculinos o femeninos independientemente. Exacto querida/o, puedes haber heredado el cerebro de tu padre o tus abuelos, o de tu madre o abuelas. El nacer niño o niña no te hace mejor o peor persona, de eso ya se encargará tu inteligencia emocional y tus actos. 
No es sano creerse mejor o peor que los hombres sólo por ser mujer, ni mejor o peor que las mujeres por ser hombre. Cuando piensas así estás anulando tu juicio y viviendo en una mentira. Hay que mirar más allá para conocer y juzgar a la gente. Vivimos en un mundo en el cual hombres y mujeres sufren, es cierto que hay problemas que los sufren más las mujeres, pero sufrimos todos. Esa misma sociedad misógina también empuja y maltrata a los hombres que no desean seguir ese camino. Y una sociedad feminazi hace lo mismo con las mujeres más equilibradas a nivel emocional... Y la guinda del pastel que ya hace estallar esto por los aires es que tenemos que reconocer que también hay mujeres maltratadoras, también hay mujeres violadoras, y también hay mujeres asesinas. Yo soy mujer y he conocido unas cuantas por desgracia, y he sufrido muchos abusos de ellas.  
En este mundo y esta especie muchos y muchas hacen daño, sin importar su genero.  

sábado, 2 de marzo de 2024

Fregando con esponja de luffa

Hace unos años un familiar plantó varias luffas, así que pedí que me guardase una para probarla. Solo hay que dejarla secar (en un lugar templado y seco), pelar la piel marrón que recubre el exterior, y sumergirla en un barreño con agua templada y un poco de lejía (usad guantes). Se masajea para ayudar a sacar las semillas y los restos de piel. Luego se aclara con agua y se deja secar en un radiador caliente o tendedero. 


En mi caso, como la utilizo para fregar loza, cazuelas, etc... la corto en trozos más cortos para un manejo más fácil. Es tan simple como mojarla, añadir jabón o lejía y fregar, cuando terminas se aclara y se deja escurrir en un escurre esponjas de cocina. No genera apenas olores, tan poco ralla la loza, se va desgastando poco a poco hasta que se queda muy fina y desgastada, entonces la cambiamos por un trozo de luffa nuevo. 
El motivo por el cual decidí cambiar la típica esponja plástica por una esponja de luffa es porque me preocupa que, gracias a la industria de las esponjas y estropajos de fibras plásticas y sintéticas, estemos llenando todo el agua de micro plásticos. Cada vez que usamos estas esponjas artificiales se desprende trocitos y partículas de plástico que acaban en ríos y océanos... Y tarde o temprano en nuestro cuerpo y el del resto de seres vivos del planeta. Esto a su vez contribuye a más casos de cáncer en teoría. Así que pongo mi granito de arena sustituyendo las esponjas sintéticas por esponjas de tejidos naturales y biodegradables. 

Fotógrafa Cristina García Rodero

Me frustra no poder encontrar autores y autoras de fotografía que me interesen, siempre se hablan de los mismos. Hoy he encontrado esta auto...