Desde la infancia me ha horrorizado ver como hay gente que tiene tanto y otros tan poco. Tanto desequilibrio... y las consecuencias de ello, por su puesto. Oía a los abuelos decir -Ese va a ser el más rico del cementerio- y lo cierto es que tener buena situación económica está bien pero ¿Qué sucede cuando tienes tanto que no sabes que hacer con ello? ¿Y cuando comienzas a gastar en demasiados caprichos y excentricidades? ¿No sería mejor subir un poquito el sueldo a tus peones, o mejorar algunas instalaciones de tus negocios o rentas? No es fácil ser pobre, pero tan poco lo es tener bienes y no saber gestionarlos de forma sensata (habría que ver el concepto de sensatez de muchos y muchas). De hecho hay gente que vive en la miseria o agobiados por el dinero debido a que no gestionan de forma correcta sus recursos. Acaparan dinero y bienes en exceso porque se sienten vacíos por dentro, miserables a nivel emocional. Tragan y tragan, pero nunca es suficiente. Siempre necesitan más. ¿Hasta que punto necesitamos lo que compramos o tenemos?
Y que pensar si crees que hay vida tras la muerte y se te juzgará por lo que has hecho, en lo bueno y en lo malo. Pero volvamos al aquí y ahora, a lo que vemos a través de nuestro cuerpo físico. Nunca se sabe a donde nos va a llevar la vida, por eso quizás no deberíamos ser tan egoístas y codiciosos. Toda ese afán por tener demasiado y gestionarlo mal provoca inestabilidad social, política, económica... Da mucho que pensar si eres un mínimo consciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario