Necesitamos 1 litro de leche
entera, pero empezamos infusionando 750 ml de leche de ese litro reservando 250
ml para más adelante; para comenzar echamos la cascara de medio limón, 6
cucharadas de azúcar y una ramita de canela en los 750ml de leche en una
cazuela, la llevamos a ebullición a fuego medio alto y una vez comience a
hervir apagamos el fuego y dejamos infusionar durante 15 minutos.
Mientras en otro recipiente
vertemos los 250 ml de leche que reservamos, y añadimos 2 yemas de huevo y 4 o
5 cucharadas de maicena con copete y mezclamos todo muy bien hasta que este
todo bien integrado.
A continuación pasados los 15
minutos, retiramos la rama de canela y la cascara de Limón y ponemos otra vez
al fuego la lecha, una vez comience a hervir de nuevo vertemos los 250 ml de
leche con las yemas y la maicena, y removemos constantemente para que no se
pegue en el fondo de la cazuela hasta que la leche espese bastante, una vez
llegado a ese punto de espesor denso, apagamos el fuego y vertemos la mezcla de
leche espesa en una bandeja de cristal, la extendemos bien por toda la
superficie y dejamos enfriar, para después poner un plástico film transparente
por encima y guardarlo en la nevera durante al menos 12 horas.
Pasadas esas 12 horas sacamos la
leche del frigorífico y la cortamos en porciones cuadradas del tamaño que
deseemos, las pasamos por harina y después las rebozamos en huevo batido, en
este caso utilice 2 huevos batidos y acto seguido vamos friendo la leche en una
sartén con aceite de oliva a fuego medio alto hasta que la leche quede con un
aspecto dorado y tostado, y así hasta acabar con todas las porciones.
Una vez terminamos de freír
rebozamos la leche frita por una mezcla de azúcar con canela y ya estaría lista
para consumir y disfrutar.