Todos sufrimos malas rachas en las cuales sentimos que no podemos más, que la cabeza nos va a explotar. Es esa sensación de tensión, y de no ser capaces de sentirnos en paz. Siempre con cosas negativas en la mente, ya sean malas experiencias o miedo a que nos sucedan acontecimientos terribles. Estos bucles de mierda, o mecánicas dañinas nos provocan ansiedad y depresiones... Y no son buenas en absoluto.
Yo desde mi punto de vista he observado que sino asistimos a terapia psicológica y espiritual (meditación, viaje chamánico, rezos, etc) no vamos a ser capaces de salir de muchos abismos (ya sabéis, evitad las sectas). Pero cuando vamos alcanzando ese punto intermedio necesitamos aprender mecanismos sencillos para no seguir sometiendo la mente al martirio psicológico constante.
Está bien recordar, es bueno reflexionar, y ser conscientes del mal que hemos hecho o que nos han hecho para no repetirlo, para no volver a confiar en la persona equivocada, o no dar importancia extrema a cosas que realmente no la tienen (sopesad la situación). Pero, no podemos pasarnos la vida auto flagelándonos mentalmente, no es sano. Por ello hay que aprender a dejar la mente en paz. Centrarnos en la rutina (tareas de casa, de estudio, de trabajo, y ratitos de relax). No cabrearnos por todo ayuda mucho, dejar de pensar en cosas malas y centrarnos en lo que estamos haciendo, simplemente el momento. También está bien escuchar un ratito al día música relajante, o una canción que nos haga sentir con energías. Poco a poco seremos capaces de hacerlo más, de disfrutar de peños momentos del día, sencillos, banales, simples. Y tendremos la mente en paz. Parad un momento a oler el viento, mirad las nubes (cuidado con el cuello y los mareos), observad los pajarillos, decorad vuestra casa o habitación con imágenes que os relajen, oled vuestro perfume favorito (el aceite de naranjo dulce o lavanda ayudan a relajar),...
Puede parecer imposible... pero no lo es. Lleva tiempo, perseverancia, constancia, un habito que con el tiempo te aportará bien estar. Eso sí, no os quedéis atontados mirando las moscas, no hay que perder la concentración en lo que estamos haciendo y provocar un accidente, ojo.
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