Hace unos años vi en un supermercado lechugas cuya presentación incluía una esponja húmeda en la parte de abajo manteniendo las raíces de la misma. Aquello me pareció muy innovador, ya que permitía conservar más tiempo fresco el vegetal en sí. Y como no mi cabecita empezó a pensar, y yo a experimentar. Llevo dos años guardando las lechugas de diferentes variedades en vertical, metidas en un envase con agua hasta las primeras hojas... el resultado es útil para prolongar su buen estado en la nevera durante varias semanas. Funciona sobre todo con pequeños cogollos de lechugas, y con lechugas de oreja de burro (lechugas alargadas). Con las lechugas de iceberg este truco no da mejor resultado así que suelo dejarlas en su bolsa de embalaje. Pero si encontráis lechugas en el supermercado o tienda de barrio con su esponja con raíces, aprovechad y comprar una sin dudar. Podréis guardarla en la nevera, o dejarla en un lugar con luz tamizada con la esponja y las raíces en un tupper con agua para que siga creciendo.
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Fotógrafa Cristina García Rodero
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