Esta receta me encanta, pero aviso de que llena más que un flan normal.
Necesitaremos un bol grande en el cual echaremos: 5 huevos, 500 ml de nata para montar, 740 gramos de leche condensada, y 650 mililitros de leche entera. Se bate bien hasta dejar una mezcla homogénea y reservamos. A continuación para hacer el caramelo ponemos en una cazuela pequeña o flanera 100gr de azúcar, echamos 1 vaso de agua. Subimos a fuego alto y en cuanto coja calor, bajamos a fuego medio. Lo mezclamos con una espátula y dejamos que se evapore poco a poco el agua pero sin que se seque. Comenzará a burbujear, hay que dejarlo así sin remover hasta que comience a ponerse dorado (cuanto más lo dejéis tostar más amargo quedará el caramelo). Entonces lo volcamos con cuidado y cierta rapidez en el fondo del molde o moldes. Para 10 moldes individuales lo hacemos 2 veces el caramelo, para que nos dé tiempo a volcar un poco en cada tarrina e inclinarla para caramelizar los laterales antes de que se endurezca el caramelo. Finalmente cogemos la bandeja honda del horno y la llenamos de agua hasta la mitad. La metemos en el horno que calentaremos hasta los 200º centígrados, y una vez alcanzada esta temperatura abrimos el horno y sacando la bandeja sin retirarla de los raíles, colocamos los flanes con mucho cuidado de no quemarnos (sin pegar los unos a los otros). Cerramos el horno y dejamos que los flanes se hagan durante 30 o 40 minutos a 200º C. ¡Y listo!
Para evitar accidentes nunca saquéis la bandeja por completo del horno con el agua caliente, y una vez terminados los flanes esperad a que se temple el agua para retirarlos de la bandeja con mucho cuidado de uno en uno. El agua una vez fría la podréis tirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario