Recuerdo en mi infancia como deseaba
ir a comer a los restaurantes para pedir uno de aquellos típicos helados de naranja,
limón o coco helados. Me encantaba comerlos servidos en su cáscara, la textura,
el sabor, lo natural y original que parecían. Así que cuando vi este vídeo hace
unos meses no pude resistirme (https://www.youtube.com/watch?v=Ski3IYIuGSY&feature=emb_title).
Primero compramos 5 limones de
tamaño similar, los frotamos por encima con agua templada y un cepillo limpio (que
usemos para limpiar los platos, etc). Los secamos con unas servilletas de papel
o un paño de cocina limpio. A continuación cortamos un poco el extremo inferior
del limón. Con ayuda primero de un cuchillo pequeño y una cucharilla después,
vamos retirando la pulpa del interior del limón con cuidado. Reservando las
cáscaras vacías por un lado, y las pulpas por el otro. Cogemos las cáscaras y
las tapas de los 4 limones y las introducimos en una bolsa a congelar
durante 1 hora.
Mientras, con ayuda de un colador de
metal fino y una cuchara exprimimos las pulpas de los limones, dejando en un
tazón solo el zumo. Luego medimos la cantidad de zumo que hemos obtenido, lo
echamos a un bol grande y añadimos la misma cantidad de leche condensada (o un
poco menos). 125 ml de cada ingrediente en teoría. Mezclamos bien con unas varillas
eléctricas durante 1 minuto, para que queden bien integrados los ingredientes,
y rallamos la cáscara del 5º limón que no hemos usado.
En otro bol grande mezclamos 400 ml
de nata de montar fría, y batimos hasta dejarla en punto optimo (nosotros no
añadimos más azúcar porque la leche condensada ya tiene bastante). Y a
continuación mezclamos ambas cremas poco a poco, hasta obtener una mezcla
homogénea.
Y el último paso, con ayuda de una lengua de gato o una cuchara, rellenamos las cáscaras de limón congeladas, les colocamos las tapas, y dejamos congelar 2 horas los limones que vallamos a consumir ese día. ¿Porqué digo esto? Porque este helado, una vez que se congela adquiere más dureza que los helados que compramos habitualmente. Por lo que recomiendo sacar 1 o 2 horas antes de consumirlo del congelador al frigorífico, sobre todo si lleva más de 4 horas congelado. Y con el helado que no cabe en las cáscaras de limón, podéis darle forma de bolas y colocarlas separadas en bolsas herméticas para congelar. Así cuando queráis comerlo podréis sacar bolitas en vez de pegaros la paliza a romper el helado y sacar porciones. Repito, se queda muy duro (en el vídeo no lo parece porque lo maneja poco congelado).
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