La palometa es un pescado que resulta un poco seco y de sabor intenso. Así que comencé a experimentar una forma de cocinarlo para que resulte más jugoso y apetecible.
Cuando vayáis a la pescadería pedid que os limpien una palometa, dejando solo los lomos (dos trozos por cada lomo, en total cuatro trozos de palometa). Una vez estéis en casa: lavadlo, metedlo en una bolsa para congelados, y dejad 48 horas en el congelador como mínimo. Sacad un lomo de palometa (que está formado por 2 porciones), la noche anterior al día que lo vais a cocinar. Dejándolo en el frigorífico descongelar poco a poco. Al día siguiente, cortamos 2 trozos de papel de aluminio un poco largos que el antebrazo. Los ponemos sobre la bandeja del horno en paralelo el uno del otro. Vaciad el horno de cosas, y lo ponéis a 200º C, con calor por arriba y por abajo. Cortáis los extremos de 2 zanahorias medianas ya peladas. Luego las cortáis en rodajas finas y reserváis en un cuenco. Después laváis y cortáis en rodajas 1 berenjena mediana. En cada trozo de papel de aluminio echáis: el culo de un vaso de agua, un chorrito de aceite de girasol, 2 pizcas de sal de escamas y otra de pimientas molidas. Ponemos una capa de rodajas de berenjena, un trozo de lomo de palometa, un poco de orégano, su ración de zanahoria en rodajas, y otra capa de rodajas de berenjena. Unas pizcas más de sal de escamas, y un poquito de zumo de limón recién exprimido.
Cerráis el papel de aluminio juntando los bordes laterales longitudinalmente, luego doblamos sobre sí mismos los extremos izquierdo y derecho 2 veces. Introducid en el horno, cerrad y esperad 30 minutos. Una vez cocinado, abrid el papel de aluminio por donde lo habéis doblado, con cuidado de no quemaros. Volcando el contenido con cuidado de no tirarlo sobre un plato. Así debería quedar perfecto, jugoso y con un sabor buenísimo.
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