Hace más de diez años me quemé en la punta de un dedo con una sartén, me salió una pequeña ampolla, normal y corriente. Pero mi madre en su ímpetu por ser el centro de atención y fingir ser una experta en todo, comenzó a dar voces, a crear un drama alegando que tenía que acudir a urgencias, ir al médico de cabecera (por una ampolla pequeña, si, si). Como la dije que era un disparate, porque aquello era una ampolla normal y corriente que se cura sola, solo se la ocurre que ir a la farmacia a comprar la crema de moda en aquel momento, Silvederma. Y a meterme miedo y presión para que la utilizase.
Fue darme aquella crema, y comenzó a salirme un eccema... Yo me quedé con una cara, leo el prospecto de la dichosa crema y explica que es una pomada que puede producir eccemas ¿? ¡Se me quedó la cara peor aún! Señores de Silvederma ¿Para que fabrican una crema que hace enfermar de por vida la piel? ¡¿PARA QUÉ?! Para colmo aquella crema no ayudó en absoluto a sanar la ampolla. Y mi madre no me ayudaba en nada con el asunto, cuando fue por su culpa que yo me di aquella crema. Si os hacéis una ampolla lavad la piel con agua fresca y jabón de manos, daros crema de Aloe vera en gel, y al día siguiente os podéis aplicar unas gasas de Tulgrasum antibiótico durante una semana, y hasta que seos cure Tulgrasum cicatrizante. ¡Pero ni seos ocurra usar nunca en la vida Silvederma!
A raíz de esto el calvario comenzó, en dos años terminé teniendo el eccema extendido por las dos manos O.O, por ambas manos si. La piel: se agrietaba, se me caían y arrancaban escamas, me escocía, me dolía, se desescamaba, perdía su elasticidad por completo, me dolía incluso apretar una tecla, coger un lapicero, los cubiertos... Mi vida era un infierno. Daba igual la crema que me diese, nada sanaba el eccema. Milagrosamente conseguí que el médico de cabecera me mandase al dermatólogo, que tardó casi un año en atenderme (así funciona la sanidad en España, no funciona). El día de la cita me miró las manos, me hizo preguntas, yo expliqué todo lo que pude... Y ni se dignó en analizar una muestra. Me recetó una crema con cortisonas (evitad este tipo de cremas) y otra hecha con orina, alegando que sufría eccema por alergia de contacto. Seguí las instrucciones al pie de la letra, pasé medio año aplicándome aquellas cremas y evitando la humedad, el polvo y los productos químicos en las manos. Es cierto que el eccema retrocedió bastante pero llegó un punto en el cual ya no me hacían efecto las cremas que me recetaron. Si iba al médico de cabecera se hacía el loco... ¿? ¿Qué es lo que pasa con muchos médicos en España? No lo sé. Probé un mes a mearme la mano todas la noches, dejarla secar y cubrirla con un guante de algodón, pero no me hizo nada. He seguido con los años probando cremas e incluso aceites de herboristería, pero la piel se acostumbraba y el eccema rebrotaba con más virulencia. Daba igual que tomara el sol con protector solar, que estuviese poco estresada, que usara guantes de algodón y goma para cocinar y fregar. Una semana se me ocurrió darme todas las noches una capa de miel de abejas artesanal, cubierta con unos algodones y esparadrapo. Se me curó, no me lo podía creer ¡lo había curado con miel artesanal! (de la que es muy espesa). ¿Sería por los propóleos? Mi piel estaba normal, podía incluso fregar los platos sin guantes. Lloré de la felicidad... Pero se me ocurrió, un mes después, pelar raíz de jengibre sin guantes... Comencé a notar un ardor extraño, se puso la piel peor aún, se extendió más... ¡MENUDA MIERDA! Volví a probar con la miel, pero nada. Tenía la piel en carne viva casi, el horror había vuelto. Y yo cagándome en todos los estafadores que aseguran que es bueno darse jengibre crudo en la piel. Probé con aceite de coco, mejoraba unos días y luego rebrotaba mucho peor.
Pensé -voy a probar, que no se diga que no lo intento con remedios económicos e inocuos para la salud- La infusión de manzanilla a mí no me ayudó, a lo mejor a otros sí. Pero con la de tomillo di en el clavo ¡MILAGRO! Simplemente calientas 250 ml de agua, añades 2 cucharadas de tomillo de herboristería ecológico, dejas templar 10 minutos mínimo, sumerges una gasa esterilizada, y la colocas sobre el eccema cubriéndolo durante 15 minutos. Una o dos veces al día. Se me calmó la piel, desaparecieron las escamas, las rojeces, el ardor, las heridas. Y con ayuda del aceite que queda del bálsamo del buen samaritano (https://www.youtube.com/watch?v=PGb54dgWgsM), junto a la manteca de cerdo estoy consiguiendo mantener la piel normal. Eso sí, evito cualquier producto con parabenes, y cocino y friego con guantes de algodón y de goma. A día de hoy no tengo ni idea de qué es lo que tengo realmente, pero esta es mi historia y mi experiencia.