Saber cocinar un filete de ternera para
que quede tierno no siempre es tan fácil como parece, por eso he decidido
colgar esta entrada.
Lo primero ante todo para esta receta es ir a una carnicería decente y comprar
1 filete de carne de ternera, que sea rojo tirando a granate y no muy grueso.
Una vez en casa, lavamos y pelamos 1
patata mediana. La volvemos a lavar y cortamos en tiras. Ponemos la sartén con
abundante aceite, las añadimos un poquito de sal fina, freímos las patatas a
fuego medio hasta que se doren un poco por ambos lados. Las escurrimos con
ayuda de una espátula y las dejamos en el plato.
Y empezamos a preparar el filete. Lo
primero es salar un poquito el filete, batir 1 huevo en un plato empapando el
filete por ambas caras en el huevo batido. Luego lo empanamos también por ambos lados con pan rallado. A continuación ponemos a fuego medio una sartén donde quepa el
filete estirado, con un poco de aceite de oliva o girasol (una capa de medio
dedo). Cuando notéis que el aceite está caliente colocáis el filete estirado
con ayuda de unas pinzas. Hasta que no veamos que comienza a sangrar, no le
damos la vuelta. Dejamos que sangre de nuevo por la otra cara, esperando 1
minuto o medio minuto más. Sacamos el filete de la sartén, y lo dejamos escurrir unos segundos
con ayuda de unas pinzas. Lo colocamos en el plato junto a las patatas… y ya
está preparado.
De niña crecí en casas donde a pesar de su orgullo no sabían cocinar bien la carne, entre otras. Así que la gran mayoría de las ocasiones esta estaba dura, seca y con mucho nervio. Y eso hacía de la comida una experiencia amarga, (llena de amenazas, discusiones y violencia física). Es muy importante cocinar bien, más aún teniendo que cuidar personas con
poco apetito, problemas de dentadura, o incluso niños y ancianos. Y recordad: más observar, tener paciencia y adquirir sabiduría para mejorar, que
ser arrogante, vago y muy egoísta.