Ajo crudo en ayunas

Recientemente sufrí una faringitis un poco dura, y como secuela dos semanas después seguía tragando mucosidad inevitablemente. Hasta el punto de que días atrás me encontraba con nauseas, no sabía que podía provocarlas hasta que me di cuenta de que lo único a destacar era el exceso de mucosidad. Ese mismo día comí un ajo crudo mediano (pelado y lavado), lo mastiqué con ambos lados de la dentadura y lo tragué despacio... Madre mía como escocía aquello, incluso por la zona entre la garganta y las fosas nasales. Cuando calló en el estómago lo tuve un poco resentido durante horas. Al día siguiente me encontraba mejor, tragaba menos mocos y la garganta (que estaba comenzando a doler de nuevo el día antes) estaba casi perfecta. Así que volví a comer un ajo crudo en ayunas. Apenas me escocía al masticar y tragar, incluso pasada media hora tenía el estómago bien y sentía hambre. 

Las propiedades del ajo crudo en ayunas son increíbles, ahora ya entiendo porque hay tanta tradición de tomarlo crudo en ayunas desde tiempos antiquísimos. Si sufrís un poco de dolor de garganta, cualquier tipo de constipado o gripe ¡Ajo crudo en ayunas! Y si os resulta muy fuerte, podéis optar por el famoso ajo negro, que en teoría es muy beneficioso también. 

Experiencia calcetines Mi pequeño poni

Hace un mes adquirí unos calcetines de "Mi pequeño poni" en una tienda on-line (https://www.truffleshuffle.co.uk/product/23437/womens-2pk-my-little-pony-socks?nosto=categorypage-nosto-1-fallback-nosto-1). El envío llegó en buen estado y en el tiempo acordado. Y tras probar ambos pares, incluso haberlos lavado, puedo decir que estoy contenta con la compra. Son calentitos, cómodos, no encogen, y parecen estar bien cosidos. Pero también he de advertir que son talla única. Yo calzo un número 40 - 41 de pie un poco estrecho (según la numeración francesa), y me quedan bien de largo. Sin embargo de pantorrilla me quedan un poco justos, y eso que la tengo de un diámetro estándar. Por otro lado los calcetines amarillos son más elásticos en la zona del empeine que los grises. 

(6 de mayo de 2018) 

Y casi 3 años después aquí estamos, 3 años de uso casi exclusivo para dormir y muchos lavados a maquina. Los pobres están desgastados en los talones, y con muchas pelotillas de tela quitadas con amor y cariño para evitar estropearlos antes de tiempo. La verdad es que en su momento me hizo mucha ilusión comprar estos calcetines de unas de mis series y juguetes favoritos de la infancia... Pero ya es hora de cambiarlos. Esta es mi experiencia por si a alguien le resulta útil. 

Fotógrafo Mike Hollman

Me he dado cuenta de que casi todos los fotógrafos que he mentado en este blog trabajan con las mismas temáticas (naturaleza sobre todo). Así que decidida a explorar he buscado fotógrafos cuya pasión sea la arquitectura. Mike Hollman me ha gustado, así que le dedico un hueco en este blog (https://www.mikehollman.com/). 

Donuts caseros al horno (12 raciones)

Hará un par de años, vimos una receta de cómo hacer donuts caseros. Lo explicaban tan bien que nos enamoramos y mi pareja la hizo (https://www.youtube.com/watch?v=MZeQ08va-YM). Y unas semanas atrás la repitió pero con harina de repostería... nos llevamos una sorpresa. Quedaron esponjosos varios días, como si estuviesen recién hechos. Así que he decidido compartir la receta con nuestras cantidades. 

Empezamos añadiendo en un bol 250 ml de leche tibia, a continuación desmenuzamos 25 gramos de levadura fresca. Teniendo reservados en un cuenco 250 gramos de azúcar, de ellos tomamos 3 cucharadas para añadirlas al bol con la leche y la levadura. Ahora reservamos 750 gramos de harina de repostería, de los cuales añadimos al bol con leche azúcar y levadura 4 cucharadas. Lo mezclamos todo muy bien y lo dejamos reposar 30 minutos. Después de esos 30 minutos habrá aumentado su volumen y fermentado. 

En la segunda fase añadimos los 250 gramos de azúcar mezclándolos bien, echamos 1 huevo batido y mezclamos de nuevo. Ahora vamos añadiendo poco a poco los 750 gramos de harina de repostería (si hiciese falta un poco mas se añade) una vez no podamos mezclar con la paleta añadimos 110 gramos de mantequilla y empezamos a amasar con las manos durante 30 minutos hasta que quede una masa homogénea. Le damos forma de bola y la dejamos reposar de 1 a 2 horas para que aumente el doble de su tamaño. 

Después de ese tiempo, sacamos la masa del bol y la estiramos con el rodillo procurando que quede igual de gruesa por todos los lados (aproximadamente de 2 cm de grosor). A continuación, con un corta pastas o un vaso, vamos cortando los donuts, el agujero central lo haremos con un cortador más pequeño. Podéis improvisar con vasos, tarros, tuppers... Una vez cortados los donuts reunimos y amasamos los restos de la masa sobrante, dejando reposar tanto los donuts como la masa sobrante de 12 a 15 minutos. Repetimos el proceso hasta que ya no quede masa. 

Pasados los 12 o 15 minutos de la primera remesa, colocamos papel de hornear en la bandeja, ponemos los donuts algo separados entre sí, los horneamos a 200 grados centígrados con calor de arriba y abajo durante 12 a 15 minutos justos. Una vez listos los colocamos en una rejilla para que se enfríen, y así hasta que terminemos de hornear todos.  

Mientras se enfría la última tanda preparamos la glasa. Ponemos en un cuenco 300 gramos de azúcar glass, y vamos añadiendo cucharaditas de leche una a una, removiendo hasta conseguir una consistencia parecía a la leche condensada. Estando los donuts templados o fríos los podemos sumergir por una de sus caras en la glasa normal. Otros dejarlos sin glasa, y si os apetece un toque especial, añadimos a la glasa ralladura de corteza de limón o naranja. Dejar secar la glasa colocando los donuts un poco separados ¡Y listo!