viernes, 2 de octubre de 2020

Limpiando joyas y demás

Aún recuerdo cuando limpiaba mis pendientes de plata con bicarbonato… Como no tenía ni idea de cómo quitarles la suciedad, me fié del consejo de lavar las joyas de oro y plata con bicarbonato. Las humedecía y con un cepillo de dientes viejo las frotaba, pero dependiendo de lo sucias que estuvieran no conseguía gran resultado. Al final cogí la costumbre de poner los pendientes, pulseras o cadenas que quisiera limpiar, en un vaso cubiertos de agua y bicarbonato durante un par de semanas. Funciona sí, pero se gasta mucho bicarbonato. 
Hasta que un día pregunté en una tienda de regalos si sabían con qué limpiar este tipo de aleaciones. Me vendieron un líquido específico para oro y plata, en el que con tan sólo sumergir un minuto las joyas, aclararlas con agua y dejarlas secar sobre papel quedaban limpias. La pega es que si sumerges cualquier joya de aleación o con baño de peltre por ejemplo, se estropea dejando un acabado sucio. 
Por otro lado, con los años en más de una joyería me hablaron de un tipo de paño que está tratado con una solución química, permitiendo limpiar oro, plata, cobre, etc, simplemente frotando. Según como sea la joya en cuestión puede ser algo tedioso...pero es efectivo. 
Y luego está el mítico algodón mágico o limpia metales en crema, que según que joyas, entre piezas de aleaciones o incluso pomos de puertas, son muy útiles puesto que ayudan incluso a devolver el color original a la aleación en sí. O a pulir como es el caso de la lana de acero. 


No olvidéis lavaros las manos después de utilizar este tipo de productos. O mejor aún, utilizad guantes de algodón con unos de goma o vinilo encima para evitar la sensibilización de la piel hacia estos productos químicos. 

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