Hace unas semanas vi
esta receta en el canal de Youtube de “Recetas de Esbieta” (https://www.youtube.com/watch?v=5KgrYAWVPXs).
Y he conseguido que mi pareja saque tiempo y ganas para prepararla así aquí
dejo la experiencia. Como hacerla entera era demasiado para nosotros hemos
reducido las cantidades para hacer la mitad de la receta original. Aconsejo que,
de esta mitad, cortéis 4 raciones iguales ya que al principio no parece llenar
mucho, pero a medida que pasan las horas de la digestión sí.
Primero se prepara la crema pastelera: en una cazuela a fuego medio añadir 250 ml de leche entera, 4 cucharadas colmadas de preparado de crema pastelera, y 6 cucharadas rasas de azúcar. Se mezcla todo bien para que no se pegue al fondo de la cazuela hasta conseguir que espese bastante, una vez bien espesa la crema, verterla en un plato y tapar con film transparente y reservar hasta que se enfrié.
El segundo paso es preparar la masa para la tarta: en la misma cazuela lavada y seca añadir 60 ml de agua, 60 ml de leche y 40 gr de mantequilla. Poner a fuego medio hasta que la mantequilla se derrita, una vez derretida añadir una pizca de sal, una cucharada pequeña de azúcar y 80 gramos de harina, comenzamos a mezclar todo bien a fuego medio-bajo hasta que se forme una masa compacta que se despegue de las paredes y el culo de la cazuela. Una vez conseguido, poner la masa en un bol y añadir 2 huevos (de 1 en 1) e ir mezclando de forma homogénea.
Tercera fase: forrar el culo del molde de tartas con papel de horno y verter la masa extendiéndola de manera un poco irregular. Después metemos la masa al horno, primero 15 minutos a 210 grados Centígrados (con calor arriba y abajo). Pasado este tiempo bajamos la temperatura a 180 grados Centígrados horneando unos 20 minutos más o hasta que veas que la masa está hecha. La sacamos del horno y reservamos.
Cuarto y último paso: en un bol ponemos la crema pastelera que se hizo en un principio y añadimos 70 gramos de mantequilla. Lo mezclamos bien hasta que quede una textura parecía a la nata. Se parte a la mitad la masa y se pone la crema repartiéndola bien por la mitad inferior. Luego se tapa con la mitad superior, y se espolvorea por encima con azúcar glass. Dejar reposar en la nevera durante 2 horas, y listo.
Es un postre sencillo con un toque, que a pesar de no llevar vainilla, recuerda un poco al sabor del helado de nata y vainilla. Incluso le quedaría bien un poco de ralladura de naranja o limón en la crema… Todo es cuestión de experimentar.
Primero se prepara la crema pastelera: en una cazuela a fuego medio añadir 250 ml de leche entera, 4 cucharadas colmadas de preparado de crema pastelera, y 6 cucharadas rasas de azúcar. Se mezcla todo bien para que no se pegue al fondo de la cazuela hasta conseguir que espese bastante, una vez bien espesa la crema, verterla en un plato y tapar con film transparente y reservar hasta que se enfrié.
El segundo paso es preparar la masa para la tarta: en la misma cazuela lavada y seca añadir 60 ml de agua, 60 ml de leche y 40 gr de mantequilla. Poner a fuego medio hasta que la mantequilla se derrita, una vez derretida añadir una pizca de sal, una cucharada pequeña de azúcar y 80 gramos de harina, comenzamos a mezclar todo bien a fuego medio-bajo hasta que se forme una masa compacta que se despegue de las paredes y el culo de la cazuela. Una vez conseguido, poner la masa en un bol y añadir 2 huevos (de 1 en 1) e ir mezclando de forma homogénea.
Tercera fase: forrar el culo del molde de tartas con papel de horno y verter la masa extendiéndola de manera un poco irregular. Después metemos la masa al horno, primero 15 minutos a 210 grados Centígrados (con calor arriba y abajo). Pasado este tiempo bajamos la temperatura a 180 grados Centígrados horneando unos 20 minutos más o hasta que veas que la masa está hecha. La sacamos del horno y reservamos.
Cuarto y último paso: en un bol ponemos la crema pastelera que se hizo en un principio y añadimos 70 gramos de mantequilla. Lo mezclamos bien hasta que quede una textura parecía a la nata. Se parte a la mitad la masa y se pone la crema repartiéndola bien por la mitad inferior. Luego se tapa con la mitad superior, y se espolvorea por encima con azúcar glass. Dejar reposar en la nevera durante 2 horas, y listo.
Es un postre sencillo con un toque, que a pesar de no llevar vainilla, recuerda un poco al sabor del helado de nata y vainilla. Incluso le quedaría bien un poco de ralladura de naranja o limón en la crema… Todo es cuestión de experimentar.
La porción de la fotografía corresponde a 1/4 parte de la tarta, o 2 raciones.
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