Este es un plato típico de España, aunque seguro que lo hacen parecido en
más países. Aún recuerdo cuando era niña y veía como mi abuela las preparaba. Me
decía cosas como que las sopas de ajo eran típicas de Zamora con su buena dosis
de pimentón, o que los zamoranos le habían enseñado a los sudamericanos a usar
el pimiento, las guindillas y demás… Corramos un tupido velo. Sí, mi abuela peca de
orgullo por su tierra, la de sus padres, sus abuelos y quien sabe…a lo mejor
hasta sus tatarabuelos.
Bueno, hay que comprar 1 barra de pan, cortarla en rebanadas y reservarla en una
bolsa sin cerrar en lugar seco durante un par de días. Y cuando digo barra de
pan, digo barra de pan, no utilicéis esas mierdas precocinadas que venden en
esos locales que tanto están de moda o en los supermercados. Buscar una panadería
de toda la vida, donde ellos preparan la masa con ingredientes de calidad y la
cocinan.
A continuación vertemos en una cazuela alta 4 platos semi hondos de agua,
añadimos 2 cucharas rasas de sal gruesa, 3 pizcas de
pimienta negra molida, y 1 cayena pequeñita (podéis usar un mortero para
machacarla). Dejamos hervir el agua a fuego alto y una vez rompa a hervir lo
bajamos a fuego medio. Mientras el agua de la cazuela hierve, pelamos 8 ajos medianos y los troceamos en láminas un poco gruesas. Freímos estos en una sartén a fuego medio, con 4 cucharadas de
aceite de oliva virgen extra. Una vez comiencen a dorarse un poquito los ajos, apagamos el fuego y añadimos de inmediato 4 cucharadas de pimentón (2
dulces y 2 picantes). Es importante que el aceite tueste un pelín el pimentón
pero no lo queme, por eso lo de freír a fuego medio, añadir el pimentón y retirar del fuego enseguida. Colocamos las rodajas de pan seco encima para que absorba el aceite con pimentón, y lo vertemos en la
cazuela con el agua hirviendo. La sartén la podemos rebañar con un poco de agua
de la cazuela para así aprovechar bien el aceite y el pimentón. Por último echamos unas pizcas de perejil y un culo de vaso de vinagre. Lo dejamos cocer a fuego
medio-bajo con tapa durante 30 o 45 minutos. Aviso de que es una receta picante, tan solo es encontrar el punto perfecto, pero sin terminar en el hospital.
El caldo de lombarda, de repollo o de coles de Bruselas aportan un toque extra interesante a esta receta.
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