martes, 30 de julio de 2019

"El método Pilates" por Brooke Siler

Hace unos cuantos años me regalaron este libro, confieso que ya tenía curiosidad por leerlo, así que fue un buen regalo. Poco a poco comencé a leer y practicar los ejercicios, algunos parecían fáciles pero cuando los ponía en práctica me daba cuenta de que había subestimado un poco el Método Pilates. Después de años practicándolo puedo decir que merece la pena comprarse este libro, leerlo y seguir las tablas de ejercicios a medida que va mejorando tu entrenamiento. Hay 3 fases que te permiten ponerte en forma poco a poco en casa, solo necesitas una colchoneta fina y un par de pesas de 5 kilos. Hay que ser constante, el ejercicio físico hay que practicarlo entre 3 y 5 días a la semana. Y Pilates, como se indica en este libro, se complementa con natación, correr, ciclismo... (todo de forma moderada claro está). Te enseña a respirar, a colocar y controlar tus músculos, a mejorar la postura cuando estás sentado, alivia el dolor de espalda... Y a medida que lo sigues practicando con los años y subes de nivel mejoras. También sabed que si tenemos alguna lesión hay que consultar al especialista correspondiente que ejercicios no podemos realizar o debemos evitar. En el propio libro indica que si realizando algún ejercicio notas molestias, no lo hagas. Incluso en los ejercicios del primer nivel te da consejos para evitar tirones en el cuello por ejemplo. Y como te vas encontrando mejor, en cuanto lo dejas unos meses te arrepientes y vuelves a la rutina. Ideal para personas con muy poca forma física que necesitan recuperar cierta forma física.


ISBN: 84-95456-09-5
Depósito legal: B-9.349-2005

miércoles, 24 de julio de 2019

Galletas de arándanos y pistachos (22 aproximadamente)

Hará un par de años compré un par de libros imán de la editorial Susaeta. Me llamaron la atención por la forma redonda que tienen y por tener recetas sencillas y bien explicadas. Hace poco hicimos esta receta en cuestión con un pequeño cambio, y nos encantó así que la voy a compartir. 
Primero batimos en un cuenco de cristal con una espátula de madera: 180 gramos de mantequilla, 100 gramos de azúcar y media cucharadita de aceite esencial de lavanda (apto para consumo alimentario), hasta obtener una crema de color claro. Luego mezclamos con 225 gramos de harina, 75 gramos de pistachos pelados y un poco picados, y otros 75 gramos de arándanos deshidratados. Formamos una bola con la masa, después la dividimos en 2 rollos de unos 5 centímetros de diámetro, y envolvemos en film transparente. Ahora los metemos en el frigorífico durante 1 hora. Mientras precalentamos el horno a 180º centígrados. Forramos la bandeja baja del horno con papel parafinado, cortamos la masa en rodajas de 1 centímetro de grosor, colocándolas en la bandeja a unos 5 centímetros las unas de las otras. Las horneamos durante 15 minutos más o menos (hasta que se doren), y las dejamos enfriar para que se endurezcan y colocar en un plato o bandeja. Y repetimos la operación con el 2º rollo de masa. 


No os asustéis del olor a lavanda porque tiene un sabor más suave, si no os gusta el aceite de Lavanda podéis sustituirlo por vainilla, limón, menta… Lo que más os guste. 

domingo, 21 de julio de 2019

Secuestrado (1960)

Últimamente estoy viendo películas de Disney que busco en esta lista por orden cronológico, (https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pel%C3%ADculas_de_Walt_Disney_Pictures). No es que vea, ni encuentre todas pero me está sorprendiendo la cantidad de películas de diferentes tipos que tiene hechas esta compañía desde sus inicios. Disney no solo hace películas de dibujos animados, eso me ha quedado claro. Y estoy encontrando algunas como esta que a pesar de ser de la época que son, me gustan (https://ok.ru/video/320248154705). 
Resulta una historia, desde mi punto de vista, atípica. Tiene un ritmo y una trama que hacen que no te aburras. Con unos personajes curiosos, que doy por hecho que intentan reflejar el carácter escocés. 

miércoles, 10 de julio de 2019

Royal Light 10 Kcal, gelatina sabor arándano

La semana pasada adquirí este producto dando por hecho, por el precio y el formato, que era de las mismas características que las cajas de gelatina Royal de siempre (con dos sobres de cierto tamaño). Cuando lo abrí y vi que sólo tenía un sobre me quedé… la caja estaba bien sellada, que conste. Bueno, me pongo a preparar la gelatina siguiendo al pie de la letra las instrucciones. La dejo enfriar toda la noche y cuando a la mañana siguiente compruebo como han quedado la gelatina… Siguen completamente líquidas, (se ve en la fotografía). Pensé ingenuamente que a pesar de su estado podría consumirlas, me tomé una y en media hora fui al baño descompuesta. Si alguna vez preparáis gelatina y no cuaja, tiradlo por el fregadero. Y respecto a las gelatinas Royal… que puedo decir, prefiero que no sigan subiendo el precio de sus productos, para ofrecer cada vez menos calidad. Porque si la gelatina es un poco sosa, cuando la preparo, le puedo añadir trozos de frutas y zumo naturales, o incluso fruta confitada. Pero cuando no cuaja, eso ya no tiene remedio. 

miércoles, 3 de julio de 2019

Viaje astral

Recuerdo que desde que tenía apenas 3 o 4 años en ocasiones, cuando me acostaba por la noche, sentía algo especial. No importaba la época del año, el ruido del viento y la lluvia en la calle, o los grillos y la brisa en la oscuridad. Y comenzando a sentir como si mi cuerpo no pesase, aquellos sonidos empezaban a ser lejanos. Aun que abriera los ojos, veía como si estuviera tumbada flotando en la habitación, ascendiendo hasta salir de mi casa y llegar donde ya no hay atmósfera. De repente comenzaba a moverme muy deprisa por el espacio, estaba muy lejos de nuestro sistema solar y veía pasar tan deprisa las estrellas que parecía viajar en un túnel de luz. Aveces me paraba, para luego continuar con el frenético viaje varias veces, hasta que por fin el trayecto terminaba. Me veía flotando a mi misma pero con un aspecto diferente, y con 17 años aproximadamente. Brillaba suavemente, con una prenda sedosa y continuaba flotando. La sensación era de paz y tranquilidad total, era un lugar en el que nada ni nadie te podía herir ni hacer sentir mal, solo calma. Entonces algo a lo que podemos llamar Dios o las fuerzas del cosmos me decía, haciéndome sentir al mismo tiempo, que soy parte del todo y el todo es parte de mi. Que todos somos uno, que ese uno es todos. No podría describir la paz interior, la armonía, la tranquilidad, el equilibrio que pude percibir cada vez que completaba esos viajes. Sin miedo, sin ansiedad, sin pena ni terror, sin nada que me pudiera hacer daño a ningún nivel. En medio del universo entre estrellas, galaxias, planetas y nebulosas...Y paz, solo paz. 

Fotógrafa Cristina García Rodero

Me frustra no poder encontrar autores y autoras de fotografía que me interesen, siempre se hablan de los mismos. Hoy he encontrado esta auto...